El evento Rally Dakar es una competencia originada en 1978. Actualmente, se organiza una vez por año se organiza en distintas partes del mundo. Los mejores pilotos se preparan todo el año para participar en una de los rallyes más difíciles y famosos del mundo. Por supuesto, tanto los corredores, como sus motos, se vuelven parte de la historia de la motocicleta al ganar esta competición. Hubert Auriol es un ejemplo viviente de esto.

Joy Lewis decidió las ciudades en las cuales empezaba y terminaba este grandioso evento. Pero no lo hizo sola, la acompañó el primer ganador del, y su R nineT Urban G/G, cuyo diseño recordaba a la legendaria R 80 G/S. 

Bastaba con ver la Urban G/S para volver de inmediato a los 80, la época en la cual Hubert Auriol y Gaston Rahier vivieron la aventura de sus vidas a lo largo del trayecto entre París y Dakar. El éxito de estos dos pilotos de las motos todoterreno está íntimamente relacionado con la motocicleta R80 G/S, una dual-sport que alcanzó la inmortalidad gracias a su participación en el rally Dakar.

Esta motocicleta, además de ser una importante fuente de inspiración para la R nineT Urban G/S, continúa transmitiendo sus genes hoy en día. Aunque pertenece a la familia R nineT (ya que cuenta con las características de conducción y tecnología), su diseño recuerda a la R80 G/S. Ambos modelos tienen en común la carrocería en color blanco, el asiento rojo más largo, el faro, la cubierta elevada de la rueda delantera, entre otras cosas. 

El Rally Dakar sobre la Urban G/S 

De acuerdo con BMW Motorrad, Lewis recorrió París con la Urban G/S. Comenzó su recorrido al borde del río Sena, dejando atrás la Place du Trocadéro, que se extiende desde la Torre Eiffel hasta las orillas del río. No ha sido la primera en realizar ese recorrido. En 1978, casi 200 aficionados al motociclismo iniciaron el primer rally Dakar de la historia desde esta misma plaza. Estas personas recorrieron 10.000 kilómetros y atravesaron Argelia, Nigeria, Malí y Burkina Faso, hasta llegar a Senegal.

Por supuesto, uno de esos aventureros fue Hubert Auriol, que para ese entonces, era un jóven de 25 años y no tenía ni idea de que ganaría la famosa carrera por el desierto en más de una ocasión. Tampoco sabía que iba a tener tanta repercusión con las motos BMW GS. Ahora, cuarenta años después, Joy Lewis se estaciona con su Urban G/S frente al loft de Hubert Auriol. Dentro de su casa, Auriol tiene fotografías, trofeos, revistas de motociclismo antiguas y cascos de la época, que muestran la manera en la cual el rally ha definido la vida. 

BMW Motorrad señala que Joy no pudo esperar para hacerle todas las preguntas que se le pasaron por la cabeza mientras cruzaba la ciudad. Ella le dijo a BMW Motorrad: «Pensaba que debía mostrarme cauta pero, en su lugar, Hubert estaba ansioso por contarme su historia. Absorbí cada una de las palabras que me dijo». Mientras Hubert hablaba, sus ojos revelaban la insaciable sed de aventuras que lo sigue impulsando a sus 64 años.  

Hubert habló sobre muchos acontecimientos. Mencionó el día en el que hizo realidad su sueño de participar en el Rally de Dakar el 26 de diciembre de 1978. Sin duda, fue un viaje que cambió su vida más de lo que nunca podría haber imaginado: «Quería vivir una experiencia extraordinaria durante el rally y resulta que me cambió la vida. Incluso después de volver, solo podía pensar en el viaje, y de repente me di cuenta de que eso sí que era vida». 

Para cuando el legendario piloto dijo esas palabras, Joy no tenía ideas del tiempo que llevaban hablando. De hecho, sentía como si estuviera en el rally con él y dijo: «Cuando Hubert cuenta sus historias, me doy cuenta de que la mejor manera de vivir es haciendo las cosas en lugar de soñarlas». 

París y Dakar: un giro de 180 grados

Hubert Auriol

El asfalto negro da lugar a la grava rojiza, que pronto se transforma en un entramado repleto de baches. «París y Dakar no podrían ser más diferentes», piensa Joy para sus adentros, mientras recorre la capital senegalesa con Hubert. El aspecto de las calles del centro de Dakar permite imaginar las condiciones de las carreteras del país o el desierto que tienen que atravesar los participantes del rally. «Nada ha cambiado desde entonces», afirma Hubert con alivio. «Tal vez haya algún edificio o alguna calle nueva, pero el ambiente es el mismo. La gente sigue siendo entusiasta y alegre. «¡Ah! Has vuelto a tu país», suelen decir, como si fueras uno más de ellos».  

Joy se inspiró en cada palabra y en el entusiasmo de Hubert al hablar de Senegal y su gente. Al escuchar todo, se sube a la Urban G/S. Al ver esta moto, Hubert recuerda su R 80 G/S, la bóxer que le condujo a la victoria en 1981 y 1983 en la carrera por el desierto más dura del mundo. Hubert decía: «Esta moto despierta distintas emociones en mí. Asocio cosas muy buenas a los colores de BMW Motorsport y estoy muy contento de que el legado de la R 80 G/S siga vivo el día de hoy». Este sentimiento le hace montar su moto como si fuese un habitante más de «su» querido Dakar.

Viajan en sus motos entres buses y taxis, dejando atrás los carros tirados por burros. Un rato después, un granjero cruza la carretera con su rebaño de cabras y detiene el tráfico en la Place de l’Indépendance. Hubert aprovecha de afirmar: «La plaza y las calles estaban abarrotadas de gente. Tardamos horas en llegar al podio para la ceremonia de entrega de premios». Esto le hace recordar que la vida en África avanza a otra velocidad. Es por este motivo, que deciden reducir la velocidad y explorar este exótico lugar del África occidental.  

Descubriendo la historia de un país

La capital de Senegal se encuentra entre el océano y el desierto. Tres lados de su península, están rodeados por el océano Atlántico. Dakar sigue siendo una ciudad de clima tropical y húmedo. Aunque las estepas aparezcan apenas se sale de la ciudad, esta tiene un suelo fértil. De hecho, entre su oasis verde, el entorno urbano se hace notar (aunque no haya diferencia entre los edificios en construcción y demolidos).

De acuerdo a BMW Motorrad, en el paisaje se pueden ver imponentes hoteles conviviendo junto a cabañas sencillas. Cuenta con coloridos puestos de mercados que se encuentran frente a edificios de hormigón gris. Hubert y Joy aprovechan para hacer una parada en un restaurante cerca de la playa. En el lugar se venera mucho a Hubert Auriol, y se puede saber gracias a una placa de bronce que tienen en la “Pared de la fama”. Su nombre, al igual que otras estrellas pop de los 80 (como la cantante Dalida y Steve Wonder), brilla en la pared.

Luego de salir del restaurante, continúan por la ruta de la Corniche Ouest, y se dirigen al norte por la costa. Joy no podía creer que estaba recorriendo la ruta original del rally Dakar con uno de sus héroes: «Intento asegurarme de que siempre haya suficientes aventuras en mi vida. La historia de Hubert me ha demostrado que esta es la mejor manera de vivir». 

Sin duda alguna, Joy quería vivir para siempre ese momento. Bajan de las motos y disfrutan de una maravillosa vista de la ciudad, cuya silueta centellea ante las luces del ocaso. Asimismo, podían ver la tierra roja que les rodea, fusionándose con el atardecer carmesí que cae sobre el Atlántico. El tiempo parece paralizarse en la ciudad que tiene todo el tiempo del mundo. 

La gente sigue siendo entusiasta y alegre. Suelen decir: «¡Ah» ¡Has vuelto a tu país!», como si fueras uno más de ellos.

Hubert Auriol
Hubert Auriol

Sin embargo, ante tanta belleza, el silencio es sepulcral y te invita a mirar el lago Rosa, un destino paradisíaco y famoso en todo el mundo por ser la meta final del rally Dakar. En este lugar, el mundo es diferente. BMW Motorrad, dice que Joy quedó sorprendida y le dijo a Hubert: «El lago Rosa es mágico». En el paisaje, se podían notar barcos de madera alineados a la orilla de la costa. Los locales utilizan estos barcos para extraer la sal que se encuentra en el fondo del lago. 

Hubert, entre risas, le comentaba a Joy que al llegar allí después del Rally “no había nada de silencio”. El corredor comentaba: «Había gente por todas partes, riendo y tratándonos como si fuésemos estrellas. Ese momento fue muy memorable después de todas las dificultades, dudas y sufrimiento padecidos durante la carrera». Afortunadamente, y a pesar del tiempo, el piloto siempre ha tenido presente estas experiencias. Los recuerdos de Hubert están grabados en su memoria y han definido su vida al punto de haberse convertido en una leyenda del Rally Dakar.

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